sábado, 22 de septiembre de 2007

Hacia una Evaluación Auténtica del Aprendizaje

Antes que todo, cabe señalar que el autor comienza el segundo capítulo hablando de las evoluciones que ha sufrido el concepto de evaluación a través del tiempo, el cual cambia a medida que la educación lo haga.

De un concepto de evaluación que se caracterizaba por juzgar el valor de las cosas, llegamos a un concepto que predominó hasta la década de los ochenta, el cual era de carácter “relativo”, es decir, consistía en la comparación entre los pares.
Más tarde (a partir de la década de los ochenta y noventa) el tipo de evaluación era de carácter “absoluto”, el cual estaba basado en criterios. En éste tipo de evaluación lo que se destacaba el logro individual.
De los años noventa hacia a delante se intenta instaurar la evaluación “demostrativa”, la cual está sujeta a la construcción del conocimiento y al sentido que le da el alumno a éste.

Según Ahumada Acevedo, a pesar de la evolución de todos aquellos conceptos sobre evaluación, mencionados anteriormente, sigue existiendo confusión al momento de ser llevada a la práctica. Se destaca que los docentes siguen viendo la evaluación como un proceso aparte de la enseñanza-aprendizaje y no como un proceso que está inmerso en él.

A mi juicio, y como lo señala también el autor, la evaluación es parte del proceso de aprendizaje, lo cual, lo comparto totalmente. Estos dos factores no se pueden tratar de manera independiente, ya que gracias a ella (evaluación) y al proceso de enseñanza, los docentes tienen el deber de analizar en que se está fallando para poder así reforzar los aspectos en que se está teniendo debilidad frente al aprendizaje o concluir si el que realmente el que falla es el alumno o las falencias corresponden al proceso de enseñanza, del cual el docente es responsable. Por lo mismo es que en el texto se deja a relucir que hoy en día se tiene que dar más importancia a la evaluación de los procesos de aprendizaje que al resultado de ellos, ya que en el mundo educativo en el cual nos encontramos inmersos hay que estar concientes que si se evalúan los resultados no tenemos la certeza de que el alumno aprendió verdaderamente o sólo memorizó para tal evento. Es por eso la importancia del proceso, hay que inculcar en los alumnos que el aprendizaje no es sólo para la evaluación, sino también para el crecimiento personal y laboral.

La forma más tradicional de evaluación (la prueba o examen) presenta desventajas, las cuales no ayudan a garantizar si el aprendizaje se llevó a cabo o no.
Debido a lo anterior es que Ahumada Acevedo presenta en el tercer capítulo un sistema alternativo de evaluación, en el cual predominan distintos métodos con los cuales se puede dar a relucir lo que sabe y puede llegar a hacer un alumno, dando lugar a que éste se pueda desarrollar de una manera más amplia. Este nuevo proceso se ve reforzado por el aprendizaje de la propia vida y experiencias del aluno.
Este tipo de evaluación es llamada “auténtica”, la cual tiene por objeto el proceso más que el resultado, dando lugar a que el alumno se haga responsable de su aprendizaje y vea la evaluación como un medio para llegar a éste.
Otra característica importante de este tipo de evaluación es que la participación del alumno es sumamente activa, ya que no sólo evalúa el docente, sino que también lo hace él, mediante la auto y co-evaluación, lo que le permite al discente formar parte del proceso y ver al profesor como un mediador.
Uno de los objetivos principales de éste tipo de evaluación es que está destinada a que los alumnos aumenten de manera considerable la comprensión, llegando, de éste modo, a la permanencia con el paso del tiempo de lo aprendido y su aplicación.

Este es el tipo de evaluación que hoy en día necesitamos, sin duda se carece de tales características al momento de realizar una evaluación. Al respecto me planteo una pregunta… ¿Cómo hacer para que éste tipo de evaluación tome fuerza y predomine hoy en día en nuestra educación?... Hace falta un cambio de mentalidad, como se puede apreciar, la educación chilena se sigue guiando por un modelo de enseñanza y de evaluación tradicional, el cual a mi parecer, es el culpable de que los alumnos le tomen rechazo al estudiar para aprender, y lo hacen finalmente de memoria, sin obtener aprendizaje alguno.

Esta nueva propuesta evaluativa está sujeta a principios, los cuales tienen que estar presentes para el buen funcionamiento de ésta. Tiene que existir: Continuidad y Permanencia de la evaluación, es decir, la evaluación tiene que ser vista como un proceso, teniendo en cuenta que es éste el que importa y no el aprendizaje; Carácter Retroalimentador del proceso evaluativo, es decir, su principal función es el progreso con respecto al conocimiento, incluyendo en éste las experiencias y el conocimiento previo, teniendo la visión que el docente es un mediador; Funciones de la evaluación en el proceso de aprendizaje, se utilizan, para llevar a cabo el proceso, las funciones Diagnósticas, Formativas y Sumativas; Propiedad Consustancial del proceso evaluativo, predomina la utilización de la auto y co-evaluación; y Utilización de nuevos Procedimientos de evaluación, existe una incorporación de elementos no tradicionales para el proceso evaluativo.

Ahumada Acevedo finaliza haciendo hincapié que en la sociedad tan acelerada en la que vivimos, no estamos preparados para asumir tales desafíos (cosa que comparto plenamente) y por la misma razón se necesita orientar la educación hacia una visión distinta en que predomine el aprendizaje y que el interés del alumno se vuelque hacia él.

Pero lamentablemente dudo que esto ocurra, por lo menos por ahora, ya que si la evaluación tradicional, es decir, las pruebas que hoy en día se aplican a los alumnos, en las cuales sólo importa el resultado, sigue predominando nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje, lo único que se logra es que se siga retrocediendo y no se avance para el beneficio de los alumnos, sino que al contrario, nos hundimos cada vez más en este sistema.
Tenemos que tomar en cuenta que nos encontramos en un mundo que cada día se globaliza más y más, por lo mismo, no podemos seguir con un sistema que nos estanca y nos ciega, el cual no les deja otra opción a los alumnos que de memorizar y no de aprender, es así que la educación se vuelve mediocre y los “futuros profesionales” salen sin buenas bases para incorporarse al mundo laboral o a los estudios superiores.